Lograr el cuidado de la biodiversidad es una tarea ardua que requiere acciones desde varios frentes. Uno de ellos es la difusión del conocimiento científico y la sensibilización ambiental hacia todos los sectores de la población, en conjunto con la participación de la misma.
México es un país donde existe una amplia relación entre las sociedades y su entorno biológico desde tiempos ancestrales. Como producto de estas raíces bioculturales, México se reconoce repleto de mitos y leyendas que integran en sus elementos diversas especies de animales, plantas, entre otras. Esta bioculturalidad no se restringe a aquellas sociedades antiguas, sino que además de transmitirse de generación en generación, se transforma con el paso del tiempo y de una sociedad que en algún momento tuvo una influencia sobre otra. Ésta relación no solo es exclusiva de las comunidades rurales, sino que inevitablemente trasciende a las ciudades, ya que esta convivencia entre las personas y los demás elementos biológicos, como la flora y la fauna, siguen existiendo, transformándose y adaptándose entre sí, desgraciadamente, con desventaja hacia una de las partes, ya que precisamente la pérdida de la biodiversidad es una de las problemáticas ambientales más sobresalientes de los últimos tiempos, no solo en México, sino a nivel global. Por ello, el cuidado de la biodiversidad toma una relevancia urgente.
Siendo parte importante la reconfiguración de los paisajes ocupados por el crecimiento urbano, la sociedad moderna requiere contar con la sensibilidad ecológica y el conocimiento per se para saber separar estos mitos y leyendas que incluyen a muchos animales, de las realidades en las que están insertados.
Aves, reptiles, entre otros, sufren de maltratos a medida que son desplazados de sus lugares nativos. Muchos de estos maltratos atienden, o bien a creencias transformadas e infundadas acerca de su influencia en la vida de las personas, a la representatividad que se les otorga sobre elementos negativos, o simplemente a la falta de sensibilización sobre otro ser vivo. Los siguientes, son algunos ejemplos de los mitos vinculados a la fauna que sufre desplazamiento por el crecimiento poblacional, y que suele suceder en las zonas periféricas de las ciudades.
- Lechuzas, búhos y tecolotes
Mito: Acompañantes de brujas y demonios. Consume niños o anuncia la muerte y enfermedad.
Realidad: son aves rapaces nocturnas, cuya alimentación es carnívora, incluyendo pequeños mamíferos, aves, grandes insectos y reptiles. Su función en los ecosistemas es el de controlar poblaciones de las especies mencionadas anteriormente. Todas las especies de búhos se encuentran en el Apéndice II de CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre) y varias especies están listadas en el BirdLife Internacional, de las cuales tres son consideradas casi amenazadas (Megascops barbaurs, M. seductus y Strix occidentalis). En la Norma Oficial Mexicana (NOM-059-SEMARNAT-2010) se consideran actualmente 18 especies de búhos en alguna categoría de riesgo, la mayoría están amenazadas y tres en peligro de extinción.
- Mariposas negras
Mito: Augurio de muerte. En náhuatl sus nombres eran mictlanpapalotl (mariposa del país de los muertos), micpapalotl (mariposa de la muerte), miquipapalotl (mariposa de mala suerte) o tetzahupapalotl (mariposa del espanto). Por otro lado, en algunos otros lugares del mundo se les relaciona con prosperidad y dinero.
Realidad: Es una polilla de hábitos nocturnos que se alimenta de jugos de fruta fermentada y que, para protegerse de los depredadores (humanos, en su mayoría), busca refugios con sombra en las ciudades. Suelen confundirse con murciélagos debido a su gran tamaño (hasta 15 cm. de envergadura) y apariencia oscura.
- Sapos
Mito: Acompañantes de brujas o como parte de pócimas de las mismas. Causan verrugas al tocarlas, o pueden explotar al ser molestados.
Realidad: Son anfibios en su mayoría inofensivos. Si son capturados manualmente, en ocasiones orinan por el alto grado de estrés que pueden llegar a tener al estar en peligro, pero la orina no causa ningún efecto en la piel. Muchas especies a su vez, suelen llenar su cuerpo para aumentar su tamaño y así evitar ser comido, pero no explotan. Según el Instituto de Ecología (INECOL), en México se han registrado 380 especies de anfibios y 957 de reptiles, y muchas de ellas sólo viven en nuestro país, sin embargo, muchas especies se encuentran catalogadas bajo alguna categoría de riesgo por las leyes mexicanas y las internacionales. Ayudan a controlar poblaciones de insectos.
- Murciélagos
Mito: Golpeteo de las alas en la ventana significa un anuncio de muerte. Todos tienen y propagan la rabia. Son vampiros y pueden drenar la totalidad de la sangre de un ser humano.
Realidad: Es el único mamífero volador del mundo, llamado también quiróptero. Los murciélagos vampiro solo pesan alrededor de 50 gramos, y aunque ocasionalmente muerden a las personas, se alimentan sobre todo del ganado. Los murciélagos frugívoros (aquellos que se alimentan predominantemente de frutas) son uno de los dispersores de semillas críticos para regenerar ecosistemas a través de su guano (o excremento). Además, los murciélagos son los responsables de polinizar 300 frutos además del agave, que se utiliza para producir tequila. El Centro para la Diversidad Biológica señala que los murciélagos proporcionan servicios de control de plagas no tóxicos que representan un total de 3.7 mil millones a 53 mil millones de dólares anuales. Muy pocos murciélagos tienen rabia, pero no deben manipularse a menos que sea muy necesario.
- Serpientes
Mito: La mayoría son consideradas venenosas, por lo cual se les llama víboras. En México, se tiene el mito sobre que el alicante (Pituophis deppei deppei) toma la leche de una madre al quedarse dormida mientras amamanta a su bebé.
Realidad: A falta de labios flexibles ninguna serpiente podría succionar los líquidos, además de que su fisiología digestiva no tiene la capacidad de digerir la leche. Todas las víboras son serpientes, pero no todas las serpientes son víboras, esto es, que cuando hablamos de víboras, éstas son siempre venenosas. Sobre éstas últimas, la mayoría suelen reaccionar huyendo cuando sienten que algo se aproxima; no atacan a menos que se les provoque, y muchas especies son tan pequeñas que solo pueden morder entre los dedos de las manos o los pies.
Las serpientes son animales carnívoros. Su dieta suele estar conformada mayoritariamente por anfibios (sapos y ranas), y también por otros reptiles (lagartijas, aunque también pueden cometer canibalismo), y pequeños mamíferos, por lo que mantienen control sobre las poblaciones de estos organismos mencionados.
Su lengua es bífida y muy delgada y se utiliza para capturar señalizaciones químicas en el aire.
Si bien, se siguen teniendo connotaciones negativas sobre la fauna mencionada, lo que podemos hacer para aportar al cuidado de la biodiversidad, es mantenerte informado sobre estas especies y dar a conocer sus realidades en tu entorno cercano eliminando cualquier percepción falsa de las personas que son influenciadas por estas historias, con respeto y claridad.
Si encuentras algún animal herido o siendo atacado, no la alimentes ni trates de capturarla, pero sí intenta darle resguardo. Da aviso inmediato a las autoridades locales o ponte en contacto con un centro de recuperación de fauna salvaje.