A diario se desperdician toneladas de alimentos comestibles, lo que significa también que se desperdician recursos como suelo, agua, energía, semillas y otros insumos utilizados para la generación de dichos alimentos. Esto es uno de los grandes problemas en el mundo.
Las acciones para reducir el desperdicio de alimentos en casa, así como en las oficinas, centros de trabajo o de estudios, se puede alinear con los siguientes objetivos de la Agenda 2023: Objetivo 2 – Hambre Cero, Objetivo 12 – Producción y consumo responsable y Objetivo 13 – Acción por el clima.
Hay que considerar que el desperdicio de alimentos es la disminución en la cantidad o calidad de alimentos como resultado de las decisiones y las acciones de los minoristas, proveedores de servicios de alimentos y consumidores, incluyendo la comida a medio comer que se quedan en el plato en un restaurante y los restos de la comida preparada en casa. Los hogares son los responsables de la mayor cantidad de desperdicio de alimentos, en 2019 se estimó un desperdicio de 589 millones de toneladas equivalente a un 61%.
Algunas de las acciones que se pueden tomar son:
- Planifica tus comidas y considera porciones adecuadas: Antes de ir al supermercado, planifica tus comidas de la semana y haz una lista de compras basada en lo que realmente necesitas, esto evita las compras que no son necesarias y se asegura que las que se adquieran realmente se usen.
- Aplica el método FIFO y almacena correctamente los alimentos: Aprende a almacenar los alimentos de manera adecuada. Por ejemplo, las frutas y verduras deben guardarse en la nevera o en un lugar fresco y seco, según el tipo, utiliza contenedores herméticos y aplica el método FIFO (First In, First Out, colocando en los contenedores los alimentos más viejos al frente del refrigerador y los nuevos detrás, asegurándose de consumir antes de que se desperdicien.
- Usa las sobras creativamente y haz composta: Aprovecha las sobras de comida para crear nuevas comidas, las verduras cosidas se pueden utilizar en sopas o guisos, las frutas en postres o batidos, las sobras de verduras, frutas o comidas que no se puedan consumir considera hacerlas composta y aprovecharla como abono para plantas.
Implementar estas acciones puede apoyar a reducir considerablemente el desperdicio de alimentos, promueve la educación y la conciencia comunitaria, fomentando el uso total de los alimentos comprados.