Los humedales son ecosistemas vitales que desempeñan un papel crucial en la biodiversidad, la regulación del agua y la mitigación del cambio climático. Actúan como filtros naturales, mejorando la calidad del agua y proporcionando hábitats para una variedad de especies. Además, los humedales ayudan a controlar inundaciones al absorber el exceso de agua y son esenciales para la producción de alimentos y recursos.
Proteger y restaurar los humedales es fundamental para mantener su funcionalidad y los servicios que ofrecen a las comunidades y al medio ambiente.
Prácticas a evitar:
- Descargar aguas residuales no tratadas en humedales
- Arrojar residuos o productos químicos que puedan dañarlos
- Sobreexplotar los recursos hídricos
- Construir infraestructuras sin planificación o evaluación de impacto
- Hacer obras hidráulicas sin la autorización o que alteren su equilibrio
Buenas prácticas para proteger y restaurar los humedales:
- Conoce los humedales cercanos e informarse de los servicios que proporcionan
- Participa en iniciativas que protejan los humedales locales
- Promueve la educación ambiental entre el personal y la comunidad
- Involúcrate en actividades que rehabiliten humedales degradados
- Reduce el uso de químicos y la descarga de contaminantes que puedan afectar la calidad del agua