Desde 2006, cada 08 de abril se conmemora el Día Internacional de Oposición a los Alimentos Transgénicos, estos alimentos también conocidos como OGM (Organismos Genéticamente Modificados), son todos aquellos que se han modificado una parte de su ADN para transferir una propiedad de otro organismo que originalmente no posea el receptor, con la finalidad de obtención de características favorables para su producción y responder la demanda alimentaria de la población.
El día de la oposición de los alimentos transgénicos fue a partir de la preocupación del excesivo y alto consumo de estos alimentos que pudieran afectar a la salud, la degradación y desertificación de los suelos y al desplazamiento de la agricultura tradicional.
La historia de los transgénicos es muy variable, se puede mencionar que inicia desde 1973, para los años 90’s se creó el Tomate Flavr Savr siendo el primer alimento transgénico. A nivel mundial los cultivos transgénicos (OMG) más destacables son: Soya, Canola, Papa, Tomate, Arroz, Algodón.
El caso del maíz es un punto de debate en México debido a que es el centro de origen y de diversidad genética del Maíz contando con 64 razas de maíz de los cuales 59 se consideran nativas, la cosecha de maíz también cuenta con peso cultural e histórico en México, se estima que solo en México se cosechan 20 billones de granos de maíz nativo, de los cuales las mujeres campesinas seleccionan las semillas para siembra de venta y el resto es para consumo propio.
A pesar de los beneficios que tengan los alimentos transgénicos, existen varios contras que se deben de considerar al consumir estos productos, tales como:
- Riesgos a la salud: Uno de los principales contras de los alimentos transgénicos es el riesgo para la salud que pueden representar. Algunos estudios han demostrado que estos alimentos pueden causar alergias en ciertas personas, ya que pueden contener proteínas nuevas a las que nuestro cuerpo no está acostumbrado. Además, se ha sugerido que el consumo de alimentos transgénicos podría estar relacionado con el desarrollo de enfermedades crónicas, enfermedades autoinmunes y resistencia a antibióticos.
- Impacto al medio ambiente: Otro de los contras es su impacto en el medio ambiente. La producción de estos alimentos puede tener consecuencias negativas en la biodiversidad, ya que las semillas modificadas genéticamente pueden desplazar a las variedades nativas, poniendo en peligro la diversidad genética de las plantas, ya que la diversidad genética es esencial para garantizar la resistencia de los cultivos a enfermedades y cambios climáticos. Además, el uso de pesticidas y herbicidas en los cultivos transgénicos puede contaminar el suelo y el agua, afectando a los ecosistemas circundantes, el uso excesivo de los suelos sin rotación genera degradación y compactación del mismo.
- Riesgo económico y a la industria agroalimentaria: Las grandes empresas biotecnológicas que controlan la producción de semillas transgénicas pueden ejercer un control desproporcionado sobre el mercado de alimentos, limitando la diversidad de opciones disponibles para los consumidores, aumentando los precios de los alimentos debido al riesgo de contaminación de la semilla, si una semilla transgénica se contamina esta se clasifica como una semilla pirata lo que equivaldría a una pérdida económica y riesgo de la seguridad alimentaria. Debido a la creación de estos alimentos y sus industrias, se han desplazado los cultivos tradicionales, los intercambios de semillas dentro de las comunidades.
En conclusión, los alimentos transgénicos cuentan con aspectos benéficos y en contra que se siguen debatiendo a nivel mundial en su producción, consumo y comercialización. La agroindustria de los alimentos transgénicos se ha visto beneficiados de la demanda alimentaria y los gobiernos que fomentan un modelo que basa sus soluciones en el uso de los OGM y los agroquímicos sin considerar las afectaciones a los procesos ecológicos, aspectos culturales, salud humana, favoreciendo la capitalización de los alimentos y las consolidaciones de los monopolios.